Me llamo Rafa, tengo 53 años y trabajo en la sección de logística de una multinacional dedicada a la alimentación en Córdoba. Este verano he viajado a Tanzania con mi familia y a continuación os voy a relatar un poco mi experiencia en Born to Learn.
En primer lugar, nos trasladamos totalmente a otra época que se manifiesta en costumbres y maneras de vivir, muy diferentes a las de España.
En Tanzania, los mercados son muy ruidosos, abundantes en cuanto al género y el regateo es casi obligatorio para adquirir los productos.
Los transportes públicos, muy caóticos para los ojos de los europeos, pero a la vez, son maravillosos por su continuidad y atención al cliente. De igual modo, los locales con los que me he encontrado son súper agradables, mostrando un ¡Jambo!, ¡Mambo!, ¡Karibu!…y por supuesto, con una sonrisa siempre en la boca.
En cuanto al personal del cole, todo el mundo es muy simpático y atento a más no poder. ¿Y qué decir de los peques? Siempre con una sonrisa de oreja a oreja, menos cuando te encuentras a alguno llorando que lo coges y entonces es tu perdición, todos te rodean y se pegan a ti como pequeñas lapas, diciendo: – “teacher, teacher”, – “mimi, mimi”.
En fin, con estas vivencias, le damos unas vueltas a nuestras cabezas y creo que toda la familia sacamos aspectos positivos de este maravilloso viaje: “a valorar todo lo que tenemos mucho más”.
Sólo me quedó la cosita, de por el idioma, no haber podido expresarme con naturalidad y haberles comunicado mis sentimientos a todas esas grandes personas que hacen posible Born to Learn.