Hay ciertas experiencias en la vida que por mucho que se intenten expresar con
palabras son muy difíciles de llegar a entender completamente si no se viven, y si
alguien puede hacerlo ese alguien no soy yo. Por ello voy a intentar resumir lo mas
brevemente lo que ha supuesto para mí este periodo siendo consciente de que lo escriba
no puede hacer justicia a la realidad y advirtiendo de antemano al que lea esto de que
Born To Learn es muchísimo más de lo que yo pueda describir.
El voluntario “habitual” (por así decirlo) de Born To Learn es un voluntario
todoterreno que ayuda en todas las áreas en las que se puede; construcción, pintura
educación, cocina y extraescolares. En mi caso tuve la suerte de que la vacante de
coordinador educativo estaba disponible para cubrir, y al ser profesor mi voluntariado
se centró en la educación, comprendiendo desde el mes de febrero hasta el mes de
agosto.
Han sido los seis meses más rápidos de mi vida.
Cuando llegué a Tanzania recuerdo una conversación con una voluntaria en la
que me preguntaba los motivos que me habían traído hacia ese país con unas
costumbres y una cultura tan distintas a la nuestra. La respuesta que le di entonces era
mucho más compleja y enrevesada que la que tengo ahora. El motivo por el que decidí
ir a África es porque lo necesitaba.
Siempre que mis familiares o amigos me han preguntado cómo me encontraba
en Tanzania les respondía lo mismo: Tranquilo.
Ha sido un periodo de mi vida donde de verdad he podido sentir tranquilidad.
En un mundo donde todo va tan deprisa que no tenemos casi tiempo de
reflexionar sobre lo que estamos haciendo, el “Pole Pole” me ha venido como una
bocanada de aire en el mar. Porque para mí, esa tranquilidad de la que hablo es muy
difícil de conseguir.
Estar tranquilo es saber que estas en el lugar y en el momento adecuado y
además siendo consciente de que estás haciendo lo que debes. Todo lo demás, todas las
preocupaciones y todas las dudas que siempre había tenido se disiparon dejando paso a
una paz que me permitió disfrutar cada día que pasé en ese pueblo de Moshi.
Disfrutaba levantándome todos los días a las siete y cuarto de la mañana para ir
darles los buenos días a los niños de 3 años y su “¡¡¡Good Morning Teacher!!!” era todo
lo que necesitaba para arrancar el día. Disfrutaba todas las horas que pasé diseñando los
plannings educativos en la oficina con la compañía de Jorgi. Disfrutaba las reuniones
con los profesores, y disfruté todavía más cuando vi que podían hacer el planning
educativo porque habían aprendido a hacerlo. Disfruté de las extraescolares y de cada
partido de Baloncesto en el que no existen prácticamente las faltas, y si te haces daño
esperas a que se te pase y vuelves a jugar, porque la vida en Tanzania es eso, así que
“Pole sana”.
En 6 meses en un país como Tanzania te da tiempo para conocer algo acerca de
su cultura, su forma de vivir y de entender la vida, la belleza de sus parques nacionales
y los animales que habitan en ellos, el paraíso de Zanzibar, sus caóticas ciudades y
algunos de sus rincones escondidos. Pero sobretodo te da tiempo a conocer personas.
Quiero dar las gracias a todas aquellas personas que han contribuido a que mi
experiencia haya sido tan plena. A Mama Sam, por darme la oportunidad de vivir esto
construyendo desde cero algo tan bonito y honesto como Born To Learn. A Jorgi por
ser mi hermano mayor durante 6 meses, todo lo que sé de Tanzania me lo has enseñado
tú. A todos los profesores del colegio con los que he trabajado. Gracias por soportarme
y por escucharme con tantísima educación y respeto, me habéis enseñado vosotros
mucho más de lo que yo os haya podido enseñar. A todos los trabajadores y
trabajadoras que mantienen el colegio para los niños y que me han dado de comer todos
los días, ¡¡Ya echo de menos hasta el Makande!! Por último gracias a cada voluntario
con el que he coincidido en el colegio, han sido tantos que no puedo nombrarlos
individualmente pero siempre que me acuerdo de alguno de ellos espero que les vaya
bien.
Ya solo me queda cerrar esta etapa con la esperanza y convicción de que algún
día volveré para ver la evolución del colegio y para reencontrarme con viejos amigos.
¡Asante sana y Maisha Marefu!