Kiko: Mi historia en Tanzania

Mi viaje a Tanzania se produjo en un momento muy difícil de mi vida, de muchísima necesidad. Necesitaba apartarme un poco de todo, estar solo. Pensar en mi, ponerme mis pensamientos en orden, tener clara cuáles iban a ser mis prioridades. Ponerme a mi lo primero y volver a quererme y valorarme.

Desde el principio supe que no quería viajar a un lugar de vacaciones, quería ayudar a otras personas, sacar lo mejor de mi y compartirlo con gente desconocida y necesitada. Por ello, elegí hacer un voluntariado, y en 3 semanas lo tenia todo montado y listo para marcharme. Hablé con un amigo que me recomendó venir a Born To Learn y recuerdo sus palabras, “Kiko, créeme que ese viaje y este destino te van ayudar mucho y a cambiar la vida”

Nunca imagine que fuera para tanto, y no se si me ha cambiado la vida. Lo que sí que puedo decir es que me ha hecho mejor, y que me ha ayudado mucho. Me ha hecho sacar lo mejor de mi. El tiempo dirá si me ha cambiado la vida o no. En estos momentos todavía no puedo valorarlo.

Ahora os voy a contar un poco de lo vivido aquí. Desde el momento que baje del avión y pise Tanzania, AFRICA. Sentí la llamada de este continente. Es un continente que enamora gracias a sus paisajes de enorme belleza, a un ambiente cultural tan exótico como diverso y a la autenticidad de sus gentes. Fue una sensación única. Aquí la vida es muy distinta a todo lo que había conocido hasta ahora.

Llegue al cole y enseguida me sentí uno más de aquí. Los niños, que no tienen de nada, vinieron a recibirme con una sonrisa, a saludarme, a regalarme amor y mucho cariño. Este fue mi primer contacto con este país. Así que imaginaros todo lo que tenia que dar para compensar todo lo recibido en los primeros minutos.

Al ser un poco más mayor y para poder ofrecer mi mejor versión me ha tocado estar con los jóvenes, chic@s adolescentes entre 16-20 años con miles de problemas. Jóvenes y niñ@s que comen 1-2 veces al día en el mejor de los casos. Jóvenes que viven en poblados de carreteras sin asfaltar, todos apilados, compartiendo casas de 10m2 con 6-7 personas. Poblados que cuando llueve se llenan de barro, se inundan las casas. Jóvenes que en las escuelas convencionales se les pega con una vara cuando se equivocan. Jóvenes que han perdido a sus padres, que tienen padres alcohólicos. Jóvenes que viene siempre con la misma ropa porque no tienen para comprarse nada más…jóvenes con una vida lejos de parecerse a la que tenemos nosotros en el primer mundo, pero que a pesar de todos estos problemas vienen con una sonrisa, con ganas de mejorar, con ganas de buscar un futuro mejor. Sin importarles la vida que tienen. Confiando en que algún día podrán salir de todo esto y llegar a tener una mejor vida. Sin mirar atrás, sin lamentarse por la mala suerte que tienen por haber nacido aquí.

Aunque yo no tenía ni idea de todo esto hasta que lo fui comprendiendo según pasaban mis días aquí…mi intención desde el primer día fue la de darles cariño, sonrisas, y confianza. Hacerles ver, que nadie puede decirles que no van a conseguir nada. Si ellos creen, siempre habrá alguna oportunidad. La suerte se busca y ellos no deben dejar de buscarla aprovechando las pocas oportunidades que tienen. Al principio todos estaban un poco distantes pero al 2º-3º día ya me permitieron ser unos más e integrarme al 100% con ellos. No puedo explicar con palabras todo lo que me han aportado, y siento que estás 2 semanas se han quedado muy cortas porque aunque yo les haya dado mi 200% todos los días a base de sonrisas, alegría, ganas, energía positiva y motivación.

Ayudado en clase con el inglés, hacerles ver que tienen que dejar la timidez a un lado, confiar en ellos mismo. Aprovechar la oportunidad que les da Mama Sam de estudiar inglés, de formarse, de tener una oportunidad en un lugar donde escasea la posibilidad de estudiar, de ir a clase, de aprenden y crecer. Creo que lo he conseguido pero solo espero, que los siguientes voluntarios que vengan les transmitan lo mismo. Estos jóvenes son mágicos solo que les falta creérselo. seguramente ellos estén muy satisfechos de mi estancia aquí pero no os podéis imaginar lo satisfecho que estoy yo y todo lo que me han aportado.

Me han regalado mucho amor sin pedir nada a cambio, ternura, confianza, amistad, Paz y armonía. Me han regalado conversaciones enriquecedoras y que siempre llevaré en mi corazón. Me han regalado el poder vivir su vida y valorar mucho más la mía. Me han regalado el saber que todavía hay esperanza en este mundo tan dañino en el que vivimos. Me han regalado el saber que aún existe el respeto por los mayores. El saber que mala suerte no es no tener un teléfono móvil, no es perder a un familiar. Que mala suerte no es que te echen de tu trabajo, que mala suerte no es perderte una comida con amigos, o un partido de fútbol, o cualquier cosa que se os pueda ocurrir. Me han regalado el saber que las oportunidades que nos da la vida hay que aprovecharlas al máximo porque ellos no las tienen y aún así creen que pueden conseguir ser algo más. Me han regalado tantas emociones y sentimientos que es imposible que pueda explicarlos por aquí. Solo me queda darles las gracias por hacerme una mejor persona, por sacar lo mejor de mi. Por dejarme jugar a fútbol con ellos, ayudarles en clase de inglés, por dejarme ayudarles con la obra de teatro (The Jungle Book) que estoy deseando verla cuando la hagan y les prometo que algún día volveré porque una parte de mí se queda aquí con ellos.

Se queda en la clase de Kinder 3 que he podido pintar y decorar. Se queda con Jorge y con Eli, que son los coordinadores. Voluntarios que no reciben nada por pasar aquí años de su vida, que su labor no está remunerada pero que estoy seguro que la vida se lo recompensará de alguna manera porque es admirable todo lo que hacen por esta gente, por este pueblo. Se queda en la clase de inglés de Denis y Elias. Se queda en clase de música, en el campo de fútbol, en computer. Se queda en cada rincón de este maravilloso lugar.

No me quiero olvidar tampoco de todos los trabajadores que forman Born To Learn. Gracias a Cristina por prepararme el desayuno y la cena todos los días, por lavarme la ropa siempre con una sonrisa. Gracias a las cocineras que desde las 8am están preparando la comida y merienda para todos (más de 200 personas comemos aquí todos los días). Gracias a todos los profes por darles una educación a los niños sin usar varas, sin reñirles si se equivocan y por darles la oportunidad de soñar. Gracias a todos los trabajadores que cuidan las instalaciones (jardineros y limpiadoras). Gracias también a Mama Sam por levantar BTL, por darles a los niños una oportunidad y a los trabajadores un trabajo. Por hacer de este mundo, un mundo mejor. Gracias también al Kilimanjaro por asomarse todos los días a saludarme aún estando en invierno.

Por último, también quiero acordarme de mi compañera Laura. Quiero Aprovechar para darle las gracias por todo lo que me ha dado estas 2 semanas . Con ella todo esto ha sido mucho más sencillo. Me ha dado confianza desde el primer día para sacar lo mejor de mi. Permitiéndome sacar todo lo que llevaba dentro sin pedirme nada a cambio. Me ha permitido llorar; sacar todo lo que llevaba dentro. Me ha permitido reír y ser yo en estado puro. Por sus buenos consejos y por su cercanía en un momento muy delicado para mi. Una amiga para toda la vida y que ya echo de menos.

Vine aquí buscando un cambio personal, en un momento muy complicado de mi vida y me voy sabiendo que mis problemas no son problemas. Por lo que puedo decir que me voy siendo otro y espero poder mantener este cambio por el resto de mis días. GRACIAS DE CORAZÓN por tanto y por pedir tan poco a cambio. Tanzania siempre será un lugar especial para mi y siempre va a haber un espacio para todos ellos en mi corazón.

Esto no es un adiós, sino un hasta luego. Gracias nuevamente. Nos vemos pronto.

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