Alba, Sara y Verónica: médicas voluntarias en Born to Learn

ALBA:

Llegué a Born To Learn solo una semana después de presentarme al MIR y haber estado encerrada estudiando 8 meses, sin creerme lo que estaba haciendo y, siendo sincera, incluso arrepintiéndome un poco de haber tomado la decisión de venir. Durante esos pocos días entre el examen y el viaje pensé que estaba haciendo una locura, que apenas me había dado tiempo para descansar y me iba a meter en casi 24h de viaje para llegar a no se sabe donde, y sintiéndome en general más perdida que un pulpo en un garaje.

Ahora, un mes después, sé que tomé la decisión correcta viniendo. Quería vivir la experiencia de ir de voluntariado, de ayudar en lo que pudiera y de aprender todo lo posible, porque ya pensaba de antemano que me gustaría trabajar en cooperación internacional en algún momento de mi vida.

Lo que no sabía era todo lo que iba a pasar en solo un mes, que por cierto, se me ha quedado muy muy corto. Todas las personas maravillosas a las que iba a conocer, todas las experiencias que he vivido, todo lo que iba a crecer. Siempre se dice el cliché de que “te llevas más de lo que dejas”… pero si se repite tanto es por algo, porque es verdad.

Y también siento que me llevo mucho en lo profesional. Aprender a comunicarme chapurreando suajili para entenderme con los pacientes, manejarme con los recursos que haya en el momento, y sacar adelante un proyecto con otras dos doctoras maravillosas (a las que llamaremos Arrunchis y Túmbilis para preservar su anonimato), habiéndolas conocido apenas al bajar del avión.

Me sentía un poco perdida cuando llegué, sí. Pero ahora que estoy en el avión de vuelta a España y a mi vida “normal”, alejándome de esta gran familia que es Born To Learn, he de reconocer que me siento incluso un poco más perdida, pero con el corazón mucho más lleno.


SARA:

La satisfacción que uno siente al ayudar a otro ser humano, el sentirse completo y en paz con uno mismo al saber que has marcado la diferencia por pequeña que ésta pueda parecer y la alegría que hacer voluntariado nos produce, son solo algunas de las muchas razones por las cuales se dice que el voluntariado es un estilo de vida. Te sumerges en esta gran aventura pensando en lo que podrás aportar. Lo que no te esperas, es que te vas a ir de allí recibiendo mucho más de lo que has dado, porque es una experiencia que te hace abrir los ojos y te brinda la oportunidad de conocer a personas únicas, cada una de ellas con una historia que contar.


VERÓNICA:

Vine a Born to Learn, con la inmensa ilusión de “ayudar” como médica a los niños del colegio y a todas las personas que tal vez necesitaran de cierta manera alguna asistencia médica. Sin embargo hoy a pocos días de irme de este increíble lugar, pienso más bien en lo rápido que han pasado estas semanas y como desearía poder parar el tiempo. Me encantaría poder seguir aprendiendo de estos grandes maestros que la vida me permitió conocer, cada uno de los niños, los profesores, los organizadores, voluntarios y cada persona con la que llegué a cruzarme desde el día uno de mi llegada, pues sin duda alguna me han regalado no solo risas, juegos, abrazos si no también fé. Lográndome recargar el alma, con más ganas de seguir cada día y sobre todo llena de felicidad.

Hoy quiero agradecer a Sam por permitirme venir como voluntaria a este proyecto que me ha dado la energía más pura y valiosa que hace mucho, pero mucho tiempo no sentía. Adicionalmente gracias a los coordinadores (Ely, George y Guille) por estar dispuestos siempre a aclarar mis dudas, apoyarme durante las distintas actividades y en cierta manera por brindarme su confianza al venir acá.

Me llevo a casa las mejores experiencias, lindos recuerdos, una  comida deliciosa!!!! y….a las mejores amigas -médicas (Sari y Albi) que me ha dejado Moshi – Tanzania. Espero algún día poder volver para seguir aprendiendo más junto a ustedes, “Asante Sana”!

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