Laura: “Me voy pensando en la fecha de regreso”

Recuerdo a la perfección mi primer contacto con Africa durante el trayecto desde el aeropuerto Kilimanjaro hasta la que ha sido mi casa durante estas semanas, Born To Learn. No dejaba de mirar, de observar.. jamás había visto algo tan diferente a nuestro mundo. ¡Qué contraste! Casi no podía digerirlo, estaba entre emocionada, nerviosa, y muy muy feliz. Al fin iba a conocer el país que a mi padre le había dado tanto, buscando que de alguna forma a mi también me pudiera dar lo que necesitaba.

Y, sin duda alguna, Tanzania, Born to Learn y cada una de las personas que he tenido la suerte de conocer aquí, han aportado su granito para conseguir que termine esta experiencia siendo una mejor versión de mi misma, que es lo que yo más deseaba.

Ha sido especial desde el primer momento.. el ambiente de Moshi, de New Land, y de todos los poblados que he podido conocer es tan diferente a lo que estamos acostumbrados!! repletos de casas hechas con barro y madera, naturaleza, tribus massai, vacas, cabras y animales de trabajo conviviendo como uno más en casa, mercados, cientos de motos, de coches, dala dalas y de bayages.. todo en su conjunto formando un caos precioso. Pero sin duda alguna me quedo con su gente y la forma en la que enfrentan la vida. Aquí las personas viven casi en extrema pobreza, dando importancia solamente a aquellas cosas que verdaderamente la merecen y que nosotros tendemos a pasar por alto.

Admiro su filosofía de “pole pole” (en castellano, poquito a poquito), que lo que viene a decir es que la vida hay que tomarla con calma, con paz.. sin preocuparse por idioteces. Algo que para nosotros es todo un reto y para ellos su estilo de vida.

Son personas de mirada limpia, desinteresada, sin dobleces, que te entregan todo a pesar de no tener nada.. Las mismas que al principio te observan distantes con mirada tímida al ser msungu (es como se refieres a los blancos) pero que después te aceptan como uno más sin importarle de dónde vengas o quién seas.

De corazón, solo espero que cuando ellos piensen en mi, puedan notar la emoción que me han hecho sentir en este tiempo. Deseo poder haber dejado en este lugar la mitad de todo lo me llevo conmigo…

A parte de infinitas picaduras de mosquitos, me llevo las sonrisas de los niños, su cariño, sus miradas llenas de ilusión y esperanza. Sus “good morning teacher” que me alegran el alma cada mañana. Me llevo la entrega de todos los profes del cole con sus alumnos, el empeño de Frank en sus clases de música, la confianza que Elias y Denise ofrecen a sus niños mayores, que ahora también son un poco míos. El cariño y la paciencia de Agatha con los más pequeños.. Me llevo el esfuerzo diario de todos los trabajadores, Lamek, Protasi, Solano.. incansables para el trabajo físico. Y con especial cariño retengo la mirada llena de amor de mis cocineras, sobretodo de Hadiya.
Hadiya me ha enseñado a querer sin ni si quiera poder entendernos entre nosotras (ella no comprende inglés y yo tampoco suajili) pero con paciencia, con miradas, con caricias y abrazos hemos superado las barreras del lenguaje.

Sin duda alguna, no puedo pasar por alto a Mama Sam, la responsable de este magnifico proyecto y a Jorge y Eli, su mano derecha. Tan solo por el el trabajo que realizan día a día demuestran tener un corazón de oro.

Por último mi Kiko.. ¡qué especial es!! he tenido la suerte de vivir esta experiencia con la mejor persona que podría haberlo hecho. Él, sin quererlo, también me ha dado algunas lecciones de vida, que por supuesto llevo conmigo.

Quiero agradecer de todo corazón a este país, este lugar y sobre todo a su gente todo lo que me han aportado en tan solo un mes. Me voy pensando en la fecha de regreso, porque no tengo duda de que volveré. Me siento en paz, agradecida y con ganas de seguir conociendo el corazón de Africa, donde siempre encontraré mi refugio.

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