Al decidir aventurarnos a pasar unos días en Born to Learn en un programa de voluntariado, buscábamos aportar nuestro granito de arena, al mismo tiempo que conocer la cultura del país, sus costumbres y forma de pensar.
El programa con el que fuimos contemplaba actividades muy variadas, desde apoyar a los fantásticos profesores de la escuela, preparar material didáctico, organizar el área de medicamentos, jugar a diferentes deportes con los adolescentes que venían a las extraescolares, hasta pelar patatas mano a mano con las cocineras.
El último día, cuando hicimos una recapitulación de lo vivido, nos dimos cuenta de que, además de llevarnos lo que veníamos buscando, también aprendimos a ‘chapuerrar’ Suajili, a tomarnos las cosas con mas calma, a lo ‘Pole Pole’, a disfrutar del entorno natural, y trabajar con los recursos disponibles.
Agradecer tanto a las coordinadoras, Carlota y Charlie, por darnos la oportunidad y confianza de participar en todas estas labores dentro del colegio. A los niños, por acogernos cada mañana con una sonrisa en la cara. A los profesores por compartir sus conocimientos con nosotras y abrirnos las puertas de sus clases cada día. Y, por último, a mama Sam, por ser una luchadora que ha levantado un proyecto maravilloso que ayuda y da trabajo a tantas personas.
Nos vamos con ganas de volver pronto, de conocer más a fondo este país y su gente, que tan amable y acogedora se ha mostrado en todo momento. No pensábamos que en apenas 15 días pudiéramos sentirnos como “en casa”.
Hakuna Matata!
Nuria y Lorena.