De Madrid al cielo y a Born to Learn

La educación ha sido siempre una de mis grandes pasiones, y si además le puedo añadir el conocer otra cultura y otro modo vida, el voluntariado fuera de España era mi mejor opción, así que cuando tuve tiempo, empecé a buscar. Un día hablando de esto con un amigo, me habló de Born to Learn y al ver su proyecto, decidí lanzarme. Tenía grandes expectativas, pero no se acercaban ni de lejos a lo que he vivido. He aprendido tantas cosas, que sólo puedo dar las gracias.

Gracias al suajili, por enseñarme tantas palabras para agradecer y disculparme (hagas lo que hagas, con decir pole es suficiente).
Gracias a los mosquitos, por haberme subido la autoestima al mostrarme cada día lo mucho que les gusto.
Gracias a la fruta, sobre todo a los mangos, por recordarme el sabor real que tienen. Gracias al barro cuando llueve, por querer conocerme tan de cerca a través de constantes resbalones.
Gracias al polvo, por ese instinto protector que le ha hecho aferrarse a mí cada día con más fuerza.
Gracias a las demás voluntarias, especialmente a Franzi y a Sally, porque no podría haber tenido unas mejores compañeras de experiencia.
Gracias a la clase de Kinder 3, por su ternura y por regalarme tantos momentos memorables, (sobre todo a la hora de ir al baño) y a su profesora Agatha, por transmitirme su entusiasmo y pasión por su trabajo.
Gracias a las dos clases de los mayores, por regalarme tantísimas risas, conversaciones profundas y tanto tanto cariño, y también a Denis y Elias, que como todos los demás profesores, me han acogido como parte de su equipo.
Gracias a todos los niños y niñas de las clases de extracurricular por las tardes, por su alegría, sus ganas de aprender y sus constantes travesuras.
Gracias a Solanos, así como al resto de trabajadores y trabajadoras del cole, por enseñarme que los estudios son fundamentales para el desarrollo de las personas, pero que muchas veces la sabiduría se basa en las experiencias de la vida.
Gracias al equipo de Born to Learn, sobre todo a Jorge y a Ely, por su apoyo constante desde el primer día.

Aristóteles dijo una vez: “Educar la mente sin educar el corazón, no es educación en absoluto”.
Gracias por educarme un poquito el mío.
Asante sana.

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